O al revés


Otra vez el síndrome de ver la tarde sol pasar por la ventana. Desde las tres, hora en la que resucité, con algo pensando en mí, como dice la canción: "Después de un baño cerebral ya estaba listo para ser amado..."
Pero ahora ya es de noche, y espero que me llamen, para compartir unos mates y decirle adios al dios del fin de semana. En estos momentos, tengo esa exagerada sensación romántica de querer morirme porque parece que no se le puede agregar nada más a una canción cualquiera. Pero a la vez pienso que son ciertas extrañas ganas de sonreir por puro decisionismo. Acaso la mejor forma de enfrentar el temor al tiempo, de manejar la confusión de dar vueltas por cubierta, sin saber bien cómo se acomodan las velas, para que el entusiasmo se sacuda de coraje, o al revés. Qué solemne. O al revés. Ya llamaron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario