Hoy



Hoy, mientras viajaba en el subte C, para intentar conjurar el aburrimiento y la sensación de fin de cualquier proyecto humano interesante que irradiaba un entorno conformado por personas cansadas y publicidades de agentes inmobiliarios matriculados, me puse a boludear con la unión de los vagones. Ponía el pie izquierdo y parecía flotante, después puse los dos y la sensación era mayor pero menos extraña. Casi me caigo sobre una mujer que me miró con cara de "sos medio pelotudo", le encajé un fuerte "perdoname" y una sonrisa de idiota inofensivo, para obligarla a decir: "no es nada". Estando en un momento parado sin agarrarme me sorprendió lo clara que la tienen la gente que pide y los vendedores, no es nada fácil; es todo un juego de piernas el que requiere el subte, con mucho, más complicado que el tren.
Supongo que la música ayudaba bastante y la perspectiva del vagón no del todo lleno tiene sus cosas, además estaba volviendo de capital luego de un frustrado trámite en el gobierno de la ciudad, la compra de un libro que ya conozco pero necesitaba una mejor edición y haber visto una película bastante floja (Francia, de Caetano). Entonces no me quedaba más que inventarme alguna cosa, no duró demasiado, ya en el tren me empezó a invadir el sueño y ni siquiera el paquete de sonrisas que me compré en el camino pudo detener la caída. que se arregló, más o menos, con un par de horas de sueño.

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