Amor francés



En un día como hoy, las cosas pasan lentas, corrigo exámenes escritos con signos casi ininteligibles, tomo colectivos llenos de olor a lluvía y a apuro por volver, desisto de escuchar música y asisto a conversaciones ajenas como si se trataran de una película. Un día así me tienta abandonarlo todo y pensar que cuando se haga la noche puedo llegar a tu casa y me vas a estar esperando. Cuando digo vos digo cualquiera (serás alguna?), porque no te conozco y sé que es idiota pensar que podrías salvarme de esta tarde de aburrimiento, nihilismo barato y golosinas. Siempre es peor creer que alguien puede rescatarte, no hay quién pueda, el amor no es una revelación de las esencias sino un sútil juego de mostrar perfiles. Por eso imagino un diálogo en el que me hagas reir, en el que te rías, en el que hables desnuda seriamente del mundo, cuentes cosas irrevalentes de tu infancia, y fumes, o comas un chupetín, y te lo saque para darte un beso en los ojos y después te lo devuelva y mire por la ventana, para recordar, en silencio y sin tristeza, otras tardes como esta.

1 comentario:

  1. Qué lindo. Me gusta lo de "nihilismo barato y golosinas". En días como este uno se pone pensativo, meditabundo... De todas maneras a mí no se me da por pensar en apariciones amorosas en mi vida. Ya la soledad me satisface demasiado como para salir de las mañas de " ohhh, estoy cerca de casa, pronto me serviré té con miel y veré una película de Bresson". Es mi pequeño mundo guardado con celo. Pero lo que sí se me da por hacer es inventar historias en el mismo subte, una mirada se transforma en un encuentro casual en donde hablo de música, o lo que sea. Pero nunca es un encuentro romántico. Hasta mis fantasías más privadas de todo cariz amoroso. ¿Me estaré convirtiendo en un aparato mayor del que soy? Un poco de envidia me da lo que narrás, es como haber quedado afuera de un juego y estar mirando desde los márgenes.

    Saludos!

    ResponderEliminar